Tras la visita guiada del día anterior quedamos con el guía para hacer al día siguiente por la mañana una actividad en kayaks por la bahía de Cabrera por lo que al terminar de desayunar rápidamente nos montamos en la zodiac y de camino al puerto.
Sacamos los kayaks y nos pusimos en marcha y tras algún accidente como la caída de Ibai al mar comenzamos con la aventura, yo (Albita) iba con Paula (Martín), pero esta no era la pareja más peligrosa, si no el dúo dinámico de Iván y Marina. Teníamos pensado bucear en una de las calas, pero debido a las medusas que ya nos han robado más planes, no lo pudimos hacer y los dos valientes que si que lo hicieron (Fer y Fran) terminaron con alguna que otra picadura de estas.
Al no haber podido bañarnos antes al terminar con los kayaks decidimos bañarnos donde el puerto, ya que ahí no había medusas. Yo, con las grandes ideas que tengo decidí meterme ya con las aletas puestas y pues os adelanto de que fue una idea muy mala haciendo que cayese encima de una piedra y cortándome el tobillo.
Antes de come volvimos al barco, me limpiaron la herida y nos acercamos en la goleta a la cueva azul, a la cual luego nos teníamos que acercar buceando ya que la goleta no podía acercarse mucho. Yo, con la herida y además recién limpiado la verdad es que lo últimos que se me paso por la cabeza fue meterme a bucear así que me quede en el barco cuando a uno de los de la tripulación me pregunto si me gustaría que me acercasen en la zodiac ala cueva, y pues no me queje.
Subimos a esta y fuimos adonde estaban todos, era genial, cara al viento y con unas vistas preciosas. Entramos en la cueva con esta y al llegar ya todos empezaron a decir que había medusas, y terminaron no se como en menos de dos segundos el equipo actimel al completo en la zodiac (Marina, las dos Paulas, Elena y yo) y los otros volviendo hacia el barco rápidamente.

Hay que dejar en claro que aún se podía subir una persona más con nosotras, pero nadie lo hizo.
Pedro (de la tripulación) nos llevo hasta el final de la cueva con la zodiac y debo decir que era precioso, el agua que se veía azul brillante por el Sol entrando, los cientos de peces que había y los bancos de medusas que se veían. Luego salimos de la cueva y ya con los otros llegando al barco nos acerco a una cueva más pequeñita al lado donde los bancos de medusas eran a un más grandes y donde toda la piedra de por abajo como al nivel del mar era morada/violeta.
Al volver al barco nos enteramos de que habían picado otra vez a alguno las medusas y comimos.
Por la tarde comenzamos el viaje hacia Dragonera (que es mucho más grande de lo que me imaginaba) en el que jugamos sobre todo a las cartas. A mi me enseñaron a jugar a las judías, un juego de cartas que se ha traído Iván y puedo asegurar que no me he reído tanto con un juego de cartas en mi vida todo comenzó tranquilo, pero tras un par de partidas, Dani, Ucha, Ibai, Pauli y yo terminamos haciendo trampas, regalando cartas y riéndonos como nunca.
Al llegar a Dragonera teníamos que ponernos en una bolla de la costa de Mallorca, más exactamente en San Telmo y bajamos a ver este pueblecito donde, como al día siguiente era el cumple de Fati aprovechamos que andaba muy lento por mi pie y nos fuimos a buscarle un regalo y a buscar una tarta para su cumple y a planear como hacer para darla una sorpresa.
Ya en el barco cenamos donde nos pusimos apodos entre todos, yo obviamente la pupas (lo del tobillo no es lo primero que me pasa) y ya entre esto, que a Iván se le atranco la puerta del camarote y tuvo que desmontar el picaporte y la lectura de un cuento por parte de este se hicieron las 23:55 por lo que el pan de sorpresa para Fati comenzó pero nadie nos dijo que iba a ser tan difícil.
Para atraerla a nuestro camarote hicimos como que nos habíamos cargado el palo de la cortina de la ducha que había pasado de verdad el día anterior pero ella no lo sabía por lo que conseguimos que viniese, pero lo solucionó en dos segundos por lo que yo y Pauli intentamos sabotear todo moviendo todo el rato la barra y luego se puso a decir que quería salir ya, tratamos de que no pudiese abrir la puerta pero lo consiguió y salió literalmente corriendo, menos mal que ya lo tenían todo preparado.
Al final nos quedamos hablando hasta tarde y ahora aquí estoy yo, en el barco solo con la tripulación porque no me apetece que andando por Dragonera se me abra la herida y estar atrasando al grupo. 😊